EL JARDÍN DE LOS RECUERDOS

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Nuestra vida es como un jardín rodeado de bellas plantas y flores que cuidamos con mucho mimo. Nos reconforta ver esas flores, que son nuestros recuerdos, tratamos de alimentarlas para que conserven toda su belleza como el primer día. Afortunadamente nuestra memoria  es selectiva y trata de borrar aquellos recuerdos desagradables o tristes, aunque no siempre es posible, ya que hay experiencias vitales duras, difíciles de borrar. Pero es cierto que solemos recordar aquellos acontecimientos alegres que nos provocan esa sensación agridulce llamada nostalgia. Nostalgia, la etimología de esta palabra proviene del griego nostos (regreso) y algia (dolor) El dolor que produce no poder regresar, aunque los griegos se referían al dolor por no poder volver a la patria. Hoy en día se emplea genéricamente, dolor por no poder volver a otros tiempos ya pasados.

Siempre hemos oído aquella expresión de, cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque esta frase lleva implícita una connotación nostálgica, pues no siempre es así. Lo que entendemos con esta expresión, es  la añoranza que se tiene por aquello que se ha perdido, por ejemplo la juventud, cuando vamos cumpliendo años, con todo lo que ello conlleva la vitalidad, la ilusión, la fuerza y quizás también una cierta tristeza por no haber aprovechado aquellos momentos, que entonces no valorábamos y que hoy miramos desde la lejanía con melancolía.

En este jardín imaginario del que hablamos hoy, nos retrotraemos a aquellos días que queremos recordar, mirando esa flor que permanece intacta, con el mismo color y aroma, igual que en aquellos tiempos. Esto hace que volvamos, de alguna manera, a ese momento preciso, que nos sumerjamos de lleno en nuestros recuerdos y  revivamos con la imagen de la flor, esos instantes, vivencias personales que guardamos con tanto celo, en nuestro particular jardín.

Al igual que este jardín imaginario, siempre he mantenido que la música es un extraordinario medio de transporte hacia lo más hondo de nuestros recuerdos.  Con la música podemos resaltar todos los matices de nuestras vivencias,  incluso aquellas canciones hacen, que por un momento, nos sumerjamos en esos instantes como si  de  una máquina del  tiempo se tratase. Todos los que tenemos ya cierta edad, nos hemos reunido con amigos y hemos evocado recuerdos pretéritos a través de la música, disfrutando como niños tarareando aquellas canciones que todos conocíamos, pasando unos momentos inolvidables. Y es que aunque el tiempo es irrecuperable, la música tiene el poder  de  activar y revivir recuerdos y  sensaciones del pasado.

En definitiva sentimos nostalgia del pasado, sobre todo por aquella juventud hoy lejana, aunque las vivencias acumuladas han forjado nuestro presente  y debemos vivir  y aprovechar este momento antes de que se convierta en un lejano recuerdo.

Dejamos un podcast antiguo, haciendo un breve recorrido por la música española,  desde los 60 hasta los 80 que estoy seguro que  más de una canción de este programa os traerá muchos recuerdos.

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MÚSICA DE LOS 90

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Recordando música de los 90, os dejamos uno de nuestros podcast mas escuchados, para ponerlo en cualquier momento y en cualquier sitio. Ponle banda sonora a tus vacaciones.

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MÚSICA PARA EL VERANO

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El verano es tiempo de ocio, viajes, nuevos paisajes, reencuentros. Nada mejor que hacerlo con la mejor música. Hemos recuperado un antiguo programa del gramófono, con una cuidada selección musical para que lo escuches en ese lugar especial donde pasas las vacaciones, porque la música es siempre una buena compañía allá donde estés.

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NOCHE DE VERANO

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En las  cálidas noches de verano  es difícil soñar durmiendo, el calor de las noches estivales nos arrebata horas de descanso.  Pongo sonidos con mis auriculares a la quietud de esta sofocante y espesa noche. Desde mi ventana, abierta de par en par, con la esperanza que entre una brizna de aire que me refresque, observo un cielo cargado de estrellas titilantes y comienzo a soñar despierto. Suena una música, que yo percibo como rutera, aquella que te incita a devorar kilómetros por carreteras secundarias. Se trata de una versión de la mítica banda The Band, concretamente la canción The weight, interpretada en esta ocasión por el grupo Taxi y Carlos Goñi, con una extraordinaria interpretación respetando mucho a la original, con una gran virtuosidad musical y vocal.

Se suceden ante mi vista paisajes  a ambos lados de una carretera, recta y larga, como nuestro propio camino donde no se divisa el destino final, que inevitablemente ha de llevar en algún momento, pero debemos de disfrutar el viaje con los paisajes que se suceden, regalos de la naturaleza, percibo los aromas de los campos en flor, fragancias suaves que agitan mis recuerdos. El sol languidece en este atardecer que se perpetúa en este sueño de una noche de verano, en el que la brisa suave de este atardecer acaricia mi cara.

Comienza a sonar con fuerza una música de Ramón Mirabet, una canción alegre del catalán, con energía positiva, Those little thing. Esta alegría me retrotrae a aquellos lejanos veranos de la niñez, en los que esta estación suponía la mayor alegría para nosotros, vacaciones, rio, playa para los más afortunados o incluso volver a aquellos pueblos de nuestros padres recuentro de familia, amigos de pandilla. Juegos en aquellas largas jornadas, paleta de colores; el blanco deslumbrante de las fachadas, el dorado de los campos y el brillante reflejo de aquel rio con aguas cristalinas. Días largos de juegos, amalgama de recuerdos;  pan y chocolate, mercromina para las heridas de guerra, la larga espera hasta hacer la dichosa digestión para poder bañarse, las fiestas del pueblo, los parientes lejanos con besos sonoros.


Miro el reloj, marca altas horas de la madrugada, esperaré a ver el amanecer, asistiré a ese espectáculo, esa lenta transición entre la oscuridad y la luz, ese momento mágico que nos invita a vivir un nuevo día, en el que el ayer se desvanece, el pasado queda atrás y se nos da la oportunidad de un nuevo comienzo en el que vivir el presente con la esencia de nuestros recuerdos.

BUENA MÚSICA

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Volvemos a recuperar algunos de los mejores podcast de El Gramófono, con la música de siempre, para escuchar donde y cuando quieras.

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MÚSICA Y PALABRAS

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MÁS ALLÁ DE LA POLÍTICA

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Intentando alejarme del ruido mediático entre pronósticos, ataques, tertulias políticas, encuestas.  Alrededor de este tiempo electoral y todo el circo que hay montado en este aburrido escenario, en  el que los políticos se enzarzan en absurdos debates, intentando defender con uñas y dientes su estatus y los privilegios del poder, olvidando  lo que realmente le importa al ciudadano de a pie. Los problemas cotidianos, la subida de los precios, la falta de trabajo, las pensiones, en definitiva los problemas propios de los mortales, de la mayoría de nosotros.

Vuelvo a este rincón, donde  evadirme de esta vorágine que estamos viviendo y con la que continuaremos parte del verano.  Poco a poco los ruidos se convierten en sonidos agradables a mis oídos, exploro algunas novedades en el panorama musical y me topo con Ed Sheeran, el cual según leo en una entrevista quiere hacer una incursión en la música country y nada mejor que hacerlo a dúo con uno de los nuevos cantantes más cotizados de este género en este momento, Luke Combs, con una bonita balada Life Goes on. Con el inconfundible sello de Sheeran  que hace, como se diría en las artes culinarias, ahora tan de moda, un maridaje perfecto con la ruda voz de Combs. En definitiva una bonita canción con el siempre elegante estilos de Sheeran. Estaremos expectantes de este giro del británico hacia la música country.

Un aire fresco inunda la atmosfera con sonidos caribeños, alegres y coloridos, que hablan de reconciliaciones, algo que necesitamos en el panorama político del que hablaba al principio de esta entrada. Juan Luis Guerra y Juanes se unen para cantar el tema Cecilia, que forma parte del nuevo disco de Juanes Vida Cotidiana. Como afirma el propio Juanes esta canción habla de reconciliaciones, de superar las diferencias y seguir remando juntos. Una canción llena de optimismo que invita a moverte, a la alegría y a la serenidad que siempre infunde la voz del gran Juan Luis Guerra.

Por último y hablando de calma y serenidad  escucho el último trabajo de otro cantante que siempre me infunde paz en tiempos de zozobra, se trata Joshua Radin, cantante estadounidense  con su suave y delicado estilo. En este caso con su tema Neverland que salió al mercado hace pocas semanas

Hasta aquí esta pequeña liberación del mundo real, vuelvo a de nuevo a la crispación, a las luchas de poder, a  la propaganda mediática que trata de inclinarnos hacia un lado u otro. Creo que el poder debe ser tan adictivo o más aún que la droga más dura. Nos espera un verano caliente en lo que se refiere al clima y la política. Como dijo el escritor albanes Kadaré “La vida del hombre queda perturbada  para siempre una vez que se encuentra atrapada en los engranajes del poder”  Siempre nos quedará la música para acallar todo este ruido.

UN NUEVO DÍA

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Es temprano, la brisa otoñal es  fría, trato de llenar el inquietante silencio con música, esta, aparta mis pensamientos negativos y me confiere la serenidad necesaria a mi agitada mente.

Una voz limpia y con una extraordinaria entonación, suena a través de los altavoces de mi habitación, el sonido ilumina las sombras de mi melancolía y colorea los tonos oscuros de mis pensamientos.

Suena Ondara, una cantante procedente de Kenia, aunque afincado en Estados Unidos. Le descubrí por casualidad, hace poco tiempo y me quedé fascinado por su extraordinaria voz. Este músico autodidacta, influenciado por grandes artistas, como Bob Dylan, Nirvana o Jeff  Bcuckey, tiene un futuro prometedor con su sonido envolvente con una mezcla, difícil de definir, con influencias del blues y la música africana, encuentro cierto parecido, en su voz y estilo, a la gran Tracy Chapman.

Subo el volumen para comenzar el día con la energía que me aporta la buena música como si de un complejo vitamínico se tratase. “Saying Good Bye” es la canción que suena, perteneciente a su álbum “Tales of América” lanzado en febrero de 2019

Salgo de casa tarareando esta canción. Cierro la puerta, un nuevo día comienza,  nuevas oportunidades, con la esperanza que todo vaya hoy mejor que ayer y que escampe el temporal de estos días inciertos.

ATRAPADOS EN LA RED

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Hace pocos días asistíamos a un fallo en importantes plataformas de internet relacionadas con mensajería y redes sociales. Este apagón cibernético se prolongó durante varias horas. Entonces nos dimos cuenta  que somos dependientes de la red y sus plataformas de comunicación, sin las cuales parece que nos falta algo e incluso me atrevería a decir que los más jóvenes que han nacido y crecido con este tipo de tecnologías se vieron seriamente perjudicados por este fallo en el sistema.

Es cierto que debemos estar con el progreso y que todo este tipo de avances tecnologícos nos sirven de gran ayuda, máxime a mí que escribo un blog, asociado a varias redes sociales. Pero aun así, lo sucedido con este apagón nos debería servir como reflexión y apelar a una comunicación más humanizada,  más fluida, mostrándonos como somos y como nos sentimos  sin ridículos iconos que indiquen nuestro estado de ánimo, sin abreviaturas que coartan las palabras, sin felicitaciones de cumpleaños de gente desconocida, sin el protagonismo que le concedemos al móvil en nuestras reuniones sociales.

Hoy las redes se han convertido en algo imprescindible para nuestra vida cotidiana ¿podríamos vivir sin el dichoso WhatsApp? La respuesta es que nos costaría mucho trabajo, pero hemos estado mucho tiempo sin él y hemos sobrevivido. Cuando solo existían teléfonos fijos y no había una comunicación constante, solo la necesaria, cuando para expresar algo lo hacías a través de las cartas, sin abreviaturas, sin iconos ni estados.

En las redes sociales hay mucha falsedad e incluso me atrevería a decir mucha infelicidad con gente que nos muestra su vida minuto a minuto, los sitios que visita, haciendo ver a los demás un estado de felicidad que quizás no lo es tanto, captando en todo momento fotografías con el único fin  de subirlas a sus redes  para que todos sepamos que ha estado aquí o allá, mostrándolas a amigos que apenas conoce.

Incluso Cupido se cuela entre la maraña tecnológica que cada día une a más parejas hasta entonces desconocidas, lo cual es algo bueno que tienen las redes, en un mundo cada vez más asocial, en el que es difícil encontrar pareja e internet nos da  esa oportunidad. Aunque yo sigo creyendo en las relaciones personales cara a cara, en los sentimientos reales de las amistades verdaderas, en el tacto de una  caricia suave, en el perfume de la persona amada, en el abrazo franco  y las pocas pero sinceras felicitaciones que recibía al cumplir años y en la libertad de no estar atado y localizado en todo momento.

Nada mejor que acompañar esta entrada con música. Esta vez de la mano de un paisano, Nacho Campillo con su antigua banda Tam Tam Go “atrapados en la red”

UN ATARDECER OTOÑAL

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Después de algún tiempo  sin escribir en el blog, hoy he sentido la necesidad de volver a plasmar mis pensamientos a través de este medio.  Suena de fondo una vieja canción con baja calidad, que le da un sabor aún más auténtico, como la visión borrosa de los lejanos recuerdos, con un sonido  enlatado con el acompañamiento de fondo de las ralladuras de los viejos vinilos. Es Blue Moom of Kentucky compuesta e interpretada por el gran Bill Monroe en 1947 auténtico sonido bluegrass.

La música siempre nos transporta  a lugares y paisajes a veces irreales, imaginarios, porque no los conocemos  pero los sentimos  a través de los sonidos que  transmite una canción. La música de Bill Moroe me transporta a paisajes figurados de la américa profunda, colores en blanco y negro como una antigua foto, a la sencillez de la música como forma de expresión sin artificios ni efectos electrónicos, tan solo la voz y los instrumentos tradicionales.

Una ráfaga de viento fresco agita suavemente los papeles que hay en mi mesa, el otoño ya está aquí. Me asomo a la ventana, el cielo está gris y la brisa es húmeda,  pronto el paisaje agostado se vestirá de tonos vivos de escarlata y azafrán. El tiempo pasa, volvemos a los días más oscuros, al frio, pero debemos resurgir con cada estación, cada día. Resurgiré, es un nuevo sencillo de Club del Rio,  un grupo que me ha llamado la atención desde sus inicios por su sonido fresco sus reminiscencias folk y por su peculiar estilo.

Después de esta canción busco refugio en una música  más intimista, que concuerde con ese atardecer, con los aromas melancólicos del otoño. Como citaba Víctor Hugo “La melancolía es la felicidad de estar triste” Un sentimiento  a caballo entre la nostalgia y la añoranza del pasado. Suena una gran versión, según mi criterio, de la canción Dacing in the Dark en castellano, lanzada hace poco por Juanes. Creo que muy bien tratada y sin menospreciar a la original del gran Bruce Springsteen

Anochece, cierro la ventana, las noches cada vez son más frescas. La canción de Juanes ha terminado, el silencio inunda ahora la estancia, el día termina. Es el momento de soñar con nuestros anhelos, de olvidar, de recordar, de amar o simplemente de descansar cuerpo y mente.